De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana los residuos se clasifican en aceites gastados, breas, biológico-infecciosas, escorias de metales pesados y líquidos residuales de procesos. Por otra parte, se menciona el Código de peligrosidad de los residuos (CPR), como son: C, R, E, T, Te, Th, Tt, I, B para Corrosivo, Reactivo, Explosivo, Tóxico, Tóxico ambiental, Tóxico agudo, Tóxico crónico, Inflamable y Biológico Infeccioso.
Para poder llevar a cabo el manejo de residuos adecuado se debe de considerar lo siguiente. Primero se debe verificar que no haya mezcla de residuos peligrosos, así mismo, considerar como residuos a los envases que contuvieron dichas sustancias. Seguidamente envasarlos de acuerdo con su estado físico con su respectivo etiquetado, señalando el nombre del generador, nombre del residuo peligroso, características de peligrosidad y fecha de ingreso al almacén. Por último, que se lleve a cabo el tratamiento adecuado a dicha sustancia de acuerdo con las normas.
Por otra parte, se debe llevar a cabo un almacenamiento adecuado de estos residuos. Las áreas de almacenamiento de residuos peligrosos deben estar separadas de otras zonas de la planta y ubicadas en lugares seguros para reducir riesgos como incendios, explosiones o inundaciones. Además, deben contar con sistemas de contención para derrames, como fosas y canaletas, con capacidad suficiente para manejar emergencias.
Deben garantizar el acceso adecuado a equipos y personal de emergencia, con pasillos amplios y sistemas de extinción de incendios. Es fundamental incluir señalamientos visibles que alerten sobre los riesgos y almacenar los residuos en recipientes identificados, considerando su peligrosidad e incompatibilidad.
Los pisos deben ser impermeables y resistentes a los residuos. En áreas abiertas, los residuos deben protegerse contra la dispersión por viento y evitar la generación de lixiviados. Además, deben tomarse medidas para impedir la mezcla de residuos incompatibles que puedan generar reacciones peligrosas.