INFERENCIAS derivadas de la Madurez Textural de sedimentos
Las inferencias que se pueden realizar a partir de la madurez textural de un sedimento son:
La distancia del sitio de depósito con respecto a la fuente de aporte del sedimento, el tipo de agente de transporte y las características o condiciones de los ambientes de depósito.
Todos estos aspectos pueden controlar en cierta medida al conjunto de los atributos texturales:
el tamaño de grano, la forma del grano y grado de
selección que exhiben los granos de un sedimento.
Entre más cerca se encuentre la fuente de aporte del sedimento, mayor podrá ser el tamaño de
grano, mayor su angulosidad y menor el grado de selección (como se ve en figura inferior).
Esta cercanía de la fuente también se relaciona potencialmente con una mayor proporción de minerales inestables (vg. ferromagnesianos, plagioclasas, micas). Todo esto se encuentra matizado por la naturaleza de la roca fuente, es decir su contenido original de minerales resistentes o inestables.
Por ejemplo en los depósitos de un abanico aluvial, así como también en los sedimentos glaciares de morrena, se suelen tener paraconglomerados y grauvacas [nombre de conglomerados y areniscas respectivamente con más del 20% de matriz]. Por otro lado,
entre más lejos se esté de la fuente, menor el tamaño de grano, mayor la redondez de los granos, mejor la selección y mayor lo proporción de minerales estables (vg. cuarzo), tal como sucede en depósitos litorales o de playa. Los depósitos fluviales
suelen en promedio ser moderadamente seleccionados (pobre a bien seleccionados), dependiendo en qué parte del sistema fluvial hayan sido depositados y la naturaleza de la roca fuente.
Abajo una figura que relaciona la distancia de transporte con las propiedades texturales
